Cuál es el planeta más caliente del sistema solar, y por qué probablemente no es el que piensas

Cuando se trata de la temperatura de la superficie de los planetas, la distancia al Sol es el factor principal, pero no es el único. Resulta que la atmósfera (y en algunos casos los procesos geológicos) puede tener un gran impacto también. Es por eso que el planeta más caliente del sistema solar es Venus y no Mercurio (el más cercano al Sol), como muchos piensan.

La razón de esto tiene que ver con algo con lo que estamos muy familiarizados: el dióxido de carbono. Te contamos más en este post sobre Venus como el planeta más caliente del sistema solar.

Un factor familiar: los gases de efecto invernadero

Venus, llamada así por la diosa romana del amor (Afrodita para los griegos), no es exactamente un lugar acogedor. Su superficie abrasadora puede alcanzar 471 °C. Considera que la temperatura media de la superficie de la Tierra es de 14 °C.

Y si eso no te asusta, debes saber que Venus está plagado de volcanes activos y gases calientes y tóxicos de azufre.

Sin embargo, no es sorpresa que Venus sea tan caliente ya que está mucho más cerca del Sol que la Tierra. Este planeta se encuentra a 108,93 millones de kilómetros del Sol, un 30% más cerca que la Tierra. Pero, ¿por qué Venus es más caliente que Mercurio, que se encuentra a solo 59.187 millones de kilómetros del Sol?

La respuesta está en la atmósfera venusiana.

La presión atmosférica en Venus es 92 veces más fuerte que la de la Tierra, de estar ahí nos sentiríamos como a 900m (3.000 pies) bajo el agua. Esta atmósfera espesa envuelve el planeta como una manta, y para hacer las cosas aún más calientes, la atmósfera tiene un 96% de dióxido de carbono, que, como probablemente ya sabes, es un importante gas de efecto invernadero y un impulsor del aumento de las temperaturas.

En otras palabras, Venus tiene un problema de gases de efecto invernadero desbocado que atrapa el calor en la atmósfera.

Y por otro lado, Mercurio tiene una atmósfera muy delgada. Gran parte del calor que Mercurio recibe del sol se pierde rápidamente en el espacio, mientras que el calor en Venus no se escapa.

Es un ciclo interminable de calor atrapado en el interior por dióxido de carbono que libera más dióxido de carbono. Esto es lo que sucede cuando una atmósfera absorbe demasiado dióxido de carbono: el calor no tiene a dónde ir y desencadena un circuito de retroalimentación autoejecutable.

El día es más largo que el año

Tanto Mercurio como Venus giran muy lentamente; en Venus, un día dura 243 días terrestres, mientras que un año dura 225 días terrestres. Esto quiere decir que el día venusiano es más largo que el año.

Debido a que giran muy lentamente, es de esperar que los planetas tengan diferencias grandes de temperatura entre el lado soleado y el lado oscuro, y eso es exactamente lo que vemos en Mercurio. Hay una gran diferencia de más de 537 °C entre el día y la noche. Pero para Venus, ese no es realmente el caso.

Debido a que Venus tiene una atmósfera tan espesa y potente (de la que ya hablamos antes), la temperatura es relativamente constante en todo el planeta. Si bien la temperatura más alta en Mercurio es cercana a la de Venus, si tuviéramos que tomar un promedio, ni siquiera estaría cerca.

Si Venus no tuviera la atmósfera que tiene, su temperatura nocturna también sería mucho más baja, como la de Mercurio, y la temperatura promedio también sería más baja que la de Mercurio.

Otra consecuencia de esta atmósfera es que no hay hielo en Venus, lo cual no es sorprendente dada la temperatura promedio. Mientras que en Mercurio, el hielo puede encontrar refugio en los cráteres de impacto polares, siempre bajo sombra, donde las temperaturas están bajo cero. La misión MESSENGER de la NASA detectó evidencia de agua de hielo en los dos polos de Mercurio, probablemente obtenida de impactos de cometas.

Y por otro lado, la superficie de Venus es extremadamente seca.

¿Hermano gemelo de la tierra?

No está claro si el planeta siempre fue así. Durante su evolución inicial, Venus probablemente tenía agua líquida en su superficie pero, de haber sido así, seguramente esta fue evaporada por los rayos ultravioleta del Sol. Si, a través de algún experimento mágico, crearas un poco de agua en Venus, se evaporaría casi de inmediato. Sin embargo, a pesar de todas estas diferencias, Venus alguna vez fue considerado el hermano gemelo de la Tierra.

La razón de esto se debe principalmente al tamaño y la masa del planeta. Venus y la Tierra, dos planetas vecinos, son muy similares en algunos aspectos: la Tierra tiene un radio medio de 6.371 km, mientras que Venus tiene un radio de unos 6.052 km. Así mismo, la masa de la Tierra es de 5.972.370.000 billones de kilogramos, en comparación con 4.867.500.000 de billones de kilogramos de Venus. Entonces, esencialmente, Venus tiene 0.9499 el tamaño de la Tierra y 0.815 veces la masa.

Alrededor del 60% de Venus está cubierto por llanuras planas y lisas, estropeadas por miles de volcanes activos, que varían de 0.8 a 240 km de ancho. Venus presenta canales largos y sinuosos que corren por más de 5.000 km, más que cualquier otro planeta.

La temperatura es exageradamente caliente, como ya hemos mencionado, la atmósfera es espesa y pesada y está cubierta de nubes de forma permanente. La mayoría de los materiales hechos por el hombre se derretirían rápidamente en Venus, y una misión humana a Venus no es más que un sueño imposible en este momento.

Si Venus es el gemelo de la Tierra, solo puede calificar como su gemelo malvado.

¿Cómo estudian Venus?

Hasta la década de 1960, se especuló que Venus podría albergar formas de vida, pero todo eso se despejó rápidamente cuando una nave espacial realmente comenzó a estudiar Venus.

Estudiar el planeta más caliente del sistema solar no es tarea fácil. De hecho, Venus es tan inhóspito que muchos científicos se mostraron escépticos de que una misión fuera incluso posible. Los soviéticos enviaron algunas misiones a Venus, pero las primeras fallaron.

Mariner 2 fue la primera nave espacial en visitar Venus en 1962. Finalmente, en 1981, la misión Venera 13 finalmente logró atravesar las capas calientes de la atmósfera y aterrizar en la superficie. Logró sobrevivir durante 127 minutos, durante los cuales envió fotos a color (como la mostrada) y mediciones a la Tierra.

Luego, la transmisión se detuvo y Venera 13 se derritió.

En 1990, la nave espacial estadounidense Magellan usó radares para mapear la superficie de Venus, un paso extremadamente importante, ya que Venus siempre ha estado envuelto en capas de azufre que hacen imposible que pase la luz visible. Magellan mapeó el 98% de la superficie con una resolución de aproximadamente 100 metros y sigue siendo el mapa más detallado que existe de Venus (la foto anterior es una referencia de dicho mapa). En tiempos más recientes, el interés en Venus ha disminuido y las misiones recientes solo han sido sobrevuelos, tomando instantáneas de Venus en el camino a otros destinos. La misión japonesa Akatsuki, plagada de problemas, actualmente está estudiando la atmósfera de Venus.

¿Por qué el interés en estudiarlo?

Comprender la atmósfera y los procesos atmosféricos en Venus podría ayudar a comprender mejor algunos de los fenómenos atmosféricos que vemos aquí en la Tierra.

El efecto invernadero desbocado de Venus podría mostrarnos cómo se vería la Tierra en el futuro si no tomamos en serio el cambio climático. Es una lección importante sobre lo que puede suceder cuando un planeta tiene un alto nivel de dióxido de carbono en la atmósfera.

Según estudios recientes, Venus pudo haber tenido un océano líquido y una superficie habitable por hasta 2 mil millones de años de su historia temprana, una importante historia de advertencia.

Por último, aunque Venus es infernal e inhóspito, algunos investigadores todavía creen que los extremófilos (organismos adaptados a condiciones extremas) aún podrían sobrevivir en Venus. En 2019, los investigadores propusieron que un fenómeno de absorción inexplicable podría explicarse por colonias de microbios en la atmósfera de Venus. Aunque lejos de ser un lugar prometedor para buscar vida, sigue siendo lo suficientemente intrigante como para estudiar.

Los estudios de Venus han sido excelentes lecciones, permitiendo a los investigadores comprender mejor otros planetas rocosos, como la Tierra.

Es un lugar con temperaturas infernales, el planeta más caliente del sistema solar. Pero hay mucho que podríamos aprender de él.